La historia de la familia se remonta al año 1912, cuando  los hermanos Henri, Émile y Lucien Faudon Desdier llegan a México desde las cálidas tierras de Aix-en-Provence, en la Costa Azul de Francia.

En estas primeras décadas del siglo XX, el esfuerzo y la ilusión llevó a los hermanos a fundar una chocolatería francesa en la Ciudad de México. La atenció al detalle de cada un de los diseños, así como los tarros y empaques realizados de la más fina Talavera comenzaban a llamar atención. Sin embargo, después del estallido de la Primera Guerra Mundial, el negocio fue trasladado a Santa Ana Chautempan, donde se inaugura una textilera, la cual llevaría por primera vez el nombre de “La Albertina”.

Ya en el año de 1940, la familia Faudon llega a San Martín Texmelucan, donde, en 1941, se toma la decisión de convertir el negocio una tienda de artesanías que mantendría el nombre “La Albertina”, permitiendo así que cualquier visitante se llevara una probadita del México que había capturado el corazón de los hermanos franceses. La ubicación privilegiada entre la Ciudad de México y la ciudad de Puebla de la que gozaba en esa época, la convirtió en una parada casi obligatoria para el turismo, quienes no solo se llevaban los más bellos detalles típicos del país sino un gran sabor de boca provocado por los espectaculares espacios y la atención personalizada de Don Lucien Faudon y su hija Lucienne.

En el año 2002, la tienda de artesanías cierra sus puertas, y comienza una exhaustiva labor por transformar el lugar en un sitio único y diferente. Es así que en  septiembre de 2005 surge “La Albertina, Restaurant, Bar & Cuisine”, empresa que se ha convertido en una marca de calidad, elegancia y distinción, con una visión de trabajo y calidad que busca dejar huella en cada uno de sus visitantes.

Pero la evolución de La Albertina y la tradición familiar no terminan. El 5 de marzo del 2018 se crea un hotel boutique dentro de las instalaciones, adaptando la casa original de los hermanos Faudon Desdier, logrando una mezcla entre lo antiguo y lo moderno. Un equilibrio delicado que, junto que esa atención personalizada que ha caracterizado La Albertina desde hace casi un siglo, buscan brindar un respiro a sus visitantes. Un oasis en medio de San Martín Texmelucan.

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